Se adelgazan exhaustos los recuerdos
cual luces lejanas, titilantes,
aprisa renacen desdibujados
en figuras opacas…
Caricias ateas que se estampan
en la piel sin tacto ni sabor.
en rasgos esparcidos sobre
la aurora y el ocaso.
Vuelven a recorrer el espacio sofocado
por las improntas que manipulan el delirio,
e insisten en dibujarse en el pueril
instante de la evocación.
Renacen…
y el delirio condensa el aire de la noche
en agotadas gotas de sudor.
Se enardecen…
Extenuados tropiezan con la ficción.
Versos transparentes, armónicos.
ResponderEliminarSaludos,
Gracias Catalina por leer y dar tu opinión. Es para mí, un honor.
ResponderEliminarSaludos